dijous, 10 de gener del 2013

GUANYADORS DE DESEMBRE / GANADORES DE DICIEMBRE (II EDICIÓ MICROCONCURS / II EDICIÓN MICROCONCURSO)





*Pia Sundhage, millor / mejor entrenadora de fútbol categoria femenina  FIFA 2012.



Els guanyadors del microconcurs corresponents a la convocatòria del mes de desembre en les tres categories són:


Los ganadores del microconcurso correspondientes a la convocatoria del mes de diciembre en las tres categorías son:



LOCAL:





A las doce en el patíbulo

Temblorosas por no tropezar, las damas de honor sujetan el velo prestado. La novia sortea una boda sin olor a sueños, repleta de desconocidos y palabras huecas. Sin mirar, fija la vista en sus zapatos y finge una estampa feliz. El destello de la hebilla del terrateniente con el que se va a casar la despuebla de su fantasía. Su futuro esposo sonríe mostrando los dientes que no tiene. Ella, prudente, busca a su padre entre los bancos. Casi no lo reconoce, famélico y alicaído, intenta mantener la compostura, la mira al borde del sollozo, en el cuello aún conserva los restos de la soga.


Mònica Sempere Creus
Barberà del Vallès





CATALÀ:





*Profeta Felipet a L'Estel misteriós / 
Profeta Philippulus en la Estrella misteriosa d' Hergé (1942).



Fi del món

El profeta va anunciar la fi del món amb la grandiloqüència habitual. Va descriure el col·lapse, l'hecatombe, l'agonia, l'extinció. Va concretar una data, una hora.
El vaticini va ser rebut amb burles i suspicàcies, retrets i amenaces. Malgrat tot, per una vegada, el pronòstic va complir-se: en el dia i hora augurats, el ventricle dret del profeta es va col·lapsar, va produir-se l'hecatombe del sistema cardiovascular i, després d'una agonia fulminat, la seva vida es va extingir.
El món del profeta arribava així a la seva fi.


Jordi Masó Rahola
La Roca del Vallès (Barcelona)





CASTELLANO:





Mi ángel de la guarda

Mi ángel de la guarda y yo llevamos una temporada enfadados. Me dice que nunca ha tenido un protegido que le diera tanto trabajo, que vive estresado con mi afición por matarme. Le contesto que se busque otro oficio. Me replica que de eso nada, que prefiere seguir conmigo a pesar de mi mal carácter y mis manías, que entre los de su gremio hay mucho paro desde que a la gente le ha dado por suicidarse.
Ya no sé qué más decirle, no hay manera de hacerle entender que alguna vez tendré que morir. La gente ya empieza a mirarme con curiosidad y una pizca de extrañeza.


Elysa Brioa Escudero
Valencia