dijous, 14 de febrer del 2013

GUANYADORS DE GENER / GANADORES DE ENERO (II EDICIÓ MICROCONCURS / II EDICIÓN MICROCONCURSO)





*Simon Whitlock (The Wizard), campió / campeón del European Darts Championship 2012.






Els microrelats guanyadors del microconcurs corresponents a la convocatòria del mes de gener en les tres categories són:


Los microrrelatos ganadores del microconcurso correspondientes a la convocatoria del mes de enero en las tres categorías son:






LOCAL:





*Pastissos borratxos / Pasteles borrachos de El Horno de Gines (Sevilla).



La normalidad del hogar

Pronto las campanas de la iglesia anunciarán las seis de la tarde. En ese punto, mamá dejará de reír y cambiará el vestido corto estampado y los zapatos de tacón, por la bata a rayas y las zapatillas; sus amigas se habrán marchado y sobre la mesa del salón no quedará rastro alguno de tazas de té, ni restos de pastas de hojaldre; el aire cálido y viciado se renovará por el gélido y pesado del exterior; las bombillas se apagarán con tiempo suficiente para enfriarse y dar paso a la oscuridad del regreso de papá. Todo volverá a la normalidad y al silencio de televisor y cocina. Y yo, como siempre, antes de encerrarme en mi habitación a dibujar, me zamparé los pastelillos borrachos por si acaso.


Francesc López Camacho
Barberà del Vallès





CATALÀ:







Pallasso

L'avi n'ha fet vuitanta-vuit, i per celebrar-ho porta els seus néts al circ. A l'entrar a la carpa recorda la primera vegada que, amb cinc anys, ell hi va anar. Recorda l'olor, els lleons, els trapezistes, i sobretot la por que li va fer el pallasso. Somriu, com li podia fer por...
A meitat de la funció anuncien el pallasso. Quan surt els nens no tenen cap por, ell sí. És el mateix pallasso.


Sònia Ainós
Terrassa (Barcelona)






CASTELLANO:









Día catorce

Día siete. Llevamos una semana agazapados detrás de los arbustos. La fetidez de nuestros excrementos se confunde con la de las otras bestias. Algunas, las más atrevidas, se acercan hasta nosotros y nos olisquean. Hoy únicamente hemos visto a una mujer y a un hombre con una vaca famélica.

Día once. Por este camino sólo andan viejos que van hasta la aldea vecina a por carne de caballo o pan. Ni rastro de los milicianos sobre los que tenemos orden de abrir fuego. Se supone que la voladura del puente los obligaría a pasar por aquí. La inactividad nos agarrota los músculos.

Día trece. Nuestro propio hedor es insoportable. La pinaza se nos clava por todas partes. Se acabaron las provisiones. El teniente conoce la precariedad de la situación pero informa de que no hay contraorden. Seguimos alerta. Vemos a los vecinos, tan sólo vecinos, siempre a los mismos vecinos. Al párroco y a niños que ya se atreven a jugar a las afueras del pueblo.

Día catorce. Empezamos a disparar, más que nada por distraernos.


David Vivancos Allepuz
Barcelona