dilluns, 15 de juny del 2015

MICRORELATS DE MAIG / MICRORRELATOS DE MAYO (2)





Publiquem els microrelats que van arribar a les deliberacions finals en la categoria en castellà de la convocatòria de maig.

Recordem que els microrelats concursants publicats al blog s'inclouran en una publicació en paper que recollirà aquells textos guanyadors i finalistes de cada categoria de totes les convocatòries mensuals.







Publicamos los microrrelatos que llegaron a las deliberaciones finales en la categoría en castellano de la convocatoria de mayo.

Recordamos que los microrrelatos concursantes publicados en el blog se incluirán en una publicación en papel que recogerá aquellos textos ganadores y finalistas de cada categoría de todas las convocatorias mensuales.











Juego del escondite

Fue un chaval sigiloso y atrevido, siempre salvaba a los compañeros en los juegos infantiles. Era al que se le ocurrían las mejores travesuras, como la de colocar el cubo de agua con polvo de tiza encima de la puerta a la espera de que entrara el maestro; el más audaz con las chicas, el único que consiguió un beso de Milagritos, la inaccesible hija del alcalde; solidario con los amigos, compartía el bocadillo de la merienda; generoso, te perdonaba los cromos y las canicas. Y fuerte, fuerte como un formón de arado, él solo sujetó la puerta de la cuadra mientras que nosotros huíamos por la gatera del pajar. Aguantó toda la tortura en el cuartelillo y aun sin uñas no nos delató. << Por mí y por todos mis compañeros >>, dicen que gritó antes de que sonara la descarga.

Javier Ximens
Madrid









Viejas amigas

Caro da vueltas al café a pesar de que hace años que lo toma sin azúcar. Este gesto, lento, como de gota de agua que martillea la roca con su caer cansino, pone de los nervios a Luisa que sabe desde siempre que su amiga no lo endulza.

Sabe que además a Caro no le gusta el café, ni fumar, a pesar de que termina un paquete de cigarrillos al día. Sabe que su color favorito es el azul aunque ella insista en que es el verde. Se conocen desde la secundaria, han crecido juntas.

Por eso Luisa supo que Caro tenía razón cuando ésta le dijo -Flaca, ese rubio no es tu tipo- aunque luego se casó con él porque el chico le hacía reír. De eso hace ya veinte años.

Hoy Luisa sabe que su marido tampoco es el tipo de Caro a pesar de que ella se empeñe en acostarse con él dos veces por semana. Pero no dice nada, sus palabras serían como esa cucharilla que da vueltas en vano para crear la ilusión de que el trago será menos amargo.

María Fraile
Marsella (Francia)









El dilema

Esta vez fue el niño-sacapuntas.

Antes, fueron la mujer-tumbleweed, el hombre-iglú, y otros, muchos otros.

Ahora, insisto, el niño-sacapuntas: mitad niño, mitad sacapuntas.

Y otra vez lo mismo; todo el pueblo atónito, estupefacto, meditabundo.

Sólo John Southampton, el tartamudo capaz de marear a un pato con una gaita, dijo Hostia puta, cago en Dios, la madre que me parió...

El resto nada, en silencio, tres días.
Hasta que el niño -o el sacapuntas- sacó la pistola, se disparó y acabó con el dilema.

Agustín Martínez Valderrama
Gavà (Barcelona)