dimarts, 14 de març del 2017

MICRORELATS DE FEBRER / MICRORRELATOS DE FEBRERO (2)



Publiquem els microrelats que van arribar a les deliberacions finals en la categoria en castellà de la convocatòria de febrer.

Recordem que els microrelats concursants publicats al blog s'inclouran en una publicació en paper que recollirà aquells textos guanyadors i finalistes de cada categoria de totes les convocatòries mensuals.





Publicamos los microrrelatos que llegaron a las deliberaciones finales en la categoría en castellano de la convocatoria de febrero.

Recordamos que los microrrelatos concursantes publicados en el blog se incluirán en una publicación en papel que recogerá aquellos textos ganadores y finalistas de cada categoría de todas las convocatorias mensuales.











Se precisa vidente

—Llamaba por lo del anuncio que publicaréis mañana.

Francesc Barberá Pascual
Algemesí (Valencia)









Chichén Itzá

Con el cuchillo de pedernal el sacerdote maya abrió la caja torácica y extrajo el corazón todavía palpitante. Apartó de una patada el cuerpo ya sin vida que se precipitó por la escalinata de la pirámide entre atronadores aplausos de los turistas. Por fin se habían deshecho del pesado del grupo.

Raúl Garcés Redondo
Zaragoza









Gallina vieja hace buen caldo

Y así pudimos paliar el hambre de los niños. Aunque tan solo fuera durante unos pocos días y a costa de prescindir, para siempre, de las historias que le gustaba contarles cada noche delante de este mismo fuego.

David Vivancos Allepuz
Barcelona











El Muro

Desde lo alto del Muro observo el cielo. Uno de esos pájaros tan raros sobrevuela el llano Infinito. Si aguzo la mirada puedo distinguir, en la lejanía, hombres que lo atraviesan, cual hormigas, en carruajes extraños. Pasan de largo, sin acercarse siquiera. El Muro los ahuyenta, como el fuego a las alimañas. Lo levantaron los antepasados de nuestros antepasados por obra y gracia del Señor, en el año uno de nuestra era, para protegernos de las tribus de las montañas y los bárbaros del este.
Tardaron décadas en construirlo. Todos sabemos sus medidas. Quince cuadernas de alto –el equivalente a cien hombres adultos– por tres de ancho. Las aprendimos de pequeños, como aprendimos sus límites: “Al norte, con las montañas Nevadas; al sur, con el río Azul; al oeste, con el llano Infinito; y al este, con la tierra de la Peste”, recitábamos en la escuela. Dentro del Muro tenemos todo lo que necesitamos: campos de trigo y maíz, caza en abundancia, bosques y canteras. Nadie jamás osó atacarnos. Pero esos pájaros insólitos. Vuelan tan alto que ni nuestro mejor arquero podría alcanzarlos con sus flechas. Hace tiempo que los veo. Dejan un rastro de humo blanco en el cielo que me inquieta.

Ernesto Ortega Garrido
Madrid









Adversarios

Al principio era un regate en toda regla para no tocarnos ni un pelo cuando nos cruzábamos en el pasillo que va a la cafetería. Con el tiempo, fue más un juego entre los dos, aunque nunca lo hubiéramos reconocido ni en público ni en privado. Tampoco quería ponerle nombre al abatimiento con que ahora hago el mismo recorrido sin encontrarme contigo, desde que te desplomaste sobre la moqueta. No echo de menos tu mirada de triunfo cuando no prosperaba una proposición de ley de mi grupo parlamentario, tampoco los dardos envenenados que me lanzabas desde un micrófono; eso formaba parte de lo común. Era distancia.
Te he traído un ramo de calas. Me he molestado en sonsacar a uno de los tuyos y sé que te gustan. Echo de menos los amagos y los perdones cada vez que se rozaban ligeramente nuestras chaquetas. Eso era único, íntimo, personal y nuestro. Quiero que vuelvas. Y de esto, ni una palabra cuando salgas, que saldrás, de ésta.

Lola Sanabria García
Madrid