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dissabte, 11 de febrer del 2017

MICRORELATS DE GENER / MICRORRELATOS DE ENERO (1)




Publiquem els microrelats que van arribar a les deliberacions finals en la categoria en castellà de la convocatòria de gener.

Recordem que els microrelats concursants publicats al blog s'inclouran en una publicació en paper que recollirà aquells textos guanyadors i finalistes de cada categoria de totes les convocatòries mensuals.





Publicamos los microrrelatos que llegaron a las deliberaciones finales en la categoría en castellano de la convocatoria de enero.

Recordamos que los microrrelatos concursantes publicados en el blog se incluirán en una publicación en papel que recogerá aquellos textos ganadores y finalistas de cada categoría de todas las convocatorias mensuales.










Escándalo

En el cementerio. Muchas miradas de luto clavadas en su boca todavía abierta, babeando por la carcajada contenida.

Alexandra  Niñerola Hähnle
Sant Cugat del Vallès (Barcelona)








Todo tipo de fantasmas

Volver a la escena del crimen nunca es una buena idea. Sobre todo si no se tiene la certeza de que todo ha terminado. Menos, si cabe, si uno es el asesino, en cuyo caso corre el riesgo de ser descubierto, o peor aún, de ser ignorado. Pero lo que bajo ningún concepto se puede uno permitir es regresar al lugar cuando se es la víctima. Como hoy, siendo que prefieren las patrañas del forense o escuchar al asesino narcisista recrearse en los detalles más escabrosos. A nadie le interesa que todo se haya reducido a un burdo accidente doméstico.

Iñaki Goitia Lucas
Oñati (Guipúzcoa)








Solas

Su hija suele quedarse dormida antes de que termine de relatarle el cuento. Esta noche, sin embargo, ya va hacia la mitad de Caperucita y se mantiene todavía despierta, observándola con los ojos muy abiertos. Mientras le explica la escena en que el lobo llama, impostando la voz, a la puerta de casa de la abuelita, regresa a su memoria esa visita que ha recibido hace un rato. El hombre, que se ha presentado como encuestador del ayuntamiento, le ha mostrado fugazmente una credencial a través de la mirilla y le ha preguntado por su marido. Al responderle ella ingenuamente, sin llegar a abrir, que estaba de viaje, el otro ha sonreído, desapareciendo de su campo visual. En aquel momento no le ha concedido mayor importancia y ha subido a acostar a la niña. Pero ahora recuerda, atacada por un repentino temblor de piernas, que ha olvidado cerrar con llave la puerta trasera de la casa. Ya se ha puesto en pie para bajar corriendo a la planta baja cuando oye el característico crujido que produce, al pisarlo, el tercer peldaño de la escalera.

Joaquín Valls Arnau
Barcelona








El marco

Maite rozó con los dedos de los pies el frio suelo y se introdujo en su nueva vivienda. Después de tantos años observando el ir y venir de sus familiares, se decidió por ser ella la que tomase las riendas de su propia vida: “¡Se acabó ver trapos y limpiacristales!” exclamaba tras erguirse y respirar profundamente, invadiéndole un nítido olor a madera. Se giró y miró su antigua casa: allí estaba su dulce marido y sus preciados hijos. Le resultó de gran extrañeza haberlos tenido tan cerca y no haber podido disfrutar de ellos, ni siquiera verlos con claridad.
La puerta se abrió y un sonido seco retumbó en la morada tras caérsele la compra al inquilino: Fran, su padre. Boquiabierto, balbuceó aterrado. Maite, acercándosele sonriente, le tranquilizaba cantándole la nana que tanto oyó de pequeña.
Un mes después, Fran ingresó en el hospital psiquiátrico de la ciudad. Hablaba solo y siempre contaba la misma historia: la fabulosa cena de reencuentro con su hija. Allí, tumbado, encolerizaba si alguien se atrevía a tocar el preciado marco de fotos que yacía en su mesita de noche: los médicos jamás entendieron como, sin rasgarse, faltaba la silueta de una persona en la fotografía.

Eder Santana Rodríguez
Barberà del Vallès (Barcelona)








Gafsa d sol

El cihco apsa hroas snetado a al emsa. Ensismimado. Motna, cno la paicencia y la mecitulosiadd de nu rojelero siuzo, pulzes qeu repodrunce blelos pasaijes y cuardos de pnitroes cérebles. Estidua atentamnete cdaa pizea de crató,n resgiue su acicdetnado cotnorno cno sal eymas ed los dodes y aclibra la gardacóin dle locor. Leguo, ocn getso prasimonois,o la enjaca en orta pizea pirma henmara qeu, perviametn,e ha separdao dle motnón. eRpite la eporación cenitos, limes de vcees, hatsa compeltar la tarae, hasta ordenar el caos y recomponer el pequeño universo que maneja. Sólo de esta forma consigue atemperar los nervios que lo consumen, las crisis que le sobrevienen. La familia valora positivamente la terapia pero advierte al psiquiatra, en cada una de sus visitas quincenales, de los riesgos que conllevan determinados puzles adquiridos en los chinos, a los cuales acostumbran a falt rles algunas p ezas. C da vez que esto oc rre, cuentan, el ch co se agit  y hace sa tar el puz e incomp eto por l s aires. Y es entonsec, selaña la mad e -que hyo no se q itará las gafsa d sol-, c ando v elve a ser realmnete peligsoro.

David Vivancos Allepuz
Barcelona