dijous, 22 de desembre del 2011

MICRORELATS DE NOVEMBRE / MICRORRELATOS DE NOVIEMBRE (2)

Publiquem els microrelats de la categoria en castellà que van arribar a les deliberacions finals del jurat de la convocatòria mensual.



Publicamos los microrrelatos de la categoría en castellano que llegaron a las deliberaciones finales del jurado de la convocatoria mensual. 







El juego de la luz

Hay unos niños que juegan a atrapar con las manos la luz que entra por una rendija. El reflejo, como una mariposa, se mueve sin parar, como si los retara. De pronto se detiene.

-La he cogido, aquí la tengo -grita uno de ellos agitando el puño.
-A ver, a ver -repiten todos.
-No, si la abro se me escapa -contesta poniéndose muy serio.
-Pero tendrás que enseñarla, porque si no, es como si fuera mentira.
-Ya, pero no lo es, es de verdad -dice sin moverse.

Todos observan su mano, su cara. Él no mira nada.

-Te estás poniendo blanco, y es porque mientes - se atreve a decir uno.
-No, no es por eso -responde con un hilo de voz.

A medida que él palidece su voz se ha ido apagando hasta dejar de oírse. De tan blanco casi se trasluce. Se transparenta. La carne se disipa. Se vuelve claridad, y finalmente, destello. Todos observan el brillo quieto que antes era niño. Hay un desconcierto callado. Uno, dos, tres segundos vacíos. Y sin más, como salvajes, se lanzan a por él, que ahora es luz que se mueve. Iniciándose de nuevo el juego de atrapar.


Miguelángel Flores Martínez
Sabadell






*Fotografia Agència EFE


De regreso

Por fin las nubes están quietas sobre nuestras cabezas. y esta vez no parece que sean un espejismo.
A través del cristal de la ventana compruebo cómo se esconden los pajarillos en sus raquíticos nidos y las ardillas en sus sedientas madrigueras.
Una rendija abierta me permite oler la humedad que tanto tiempo atrás imploramos sin respuesta.

-Parecía una batalla perdida -susurro mirándote en el retrato del salón.

Sin perder más tiempo busco excitado el paraguas que no sé si guardo y salgo, yo sí me atrevo, al camino a recibirte.

-Pareces cansado. Como la lluvia, hijo mío, casi no te reconozco.

David Moreno Sanz
Zaragoza






Mi bebida favorita

He comenzado a guardar mis libros en el frigorífico, junto a la leche y los huevos, productos de primera necesidad. Siempre están bien conservados y listos para consumir, con sus cubiertas brillantes, sus páginas tiesas, sus letras más frescas que una lechuga.
Me gusta leer antes de dormir porque me ayuda a deshacerme del salitre del día, así que, abro mi nevera, escojo un libro especialmente interesante, lo meto en la licuadora, añado un poco de zumo y listo. Siempre tengo especial cuidado de elegir poesía, novelas de amor o ciencia ficción, ya que, he notado, que los libros de terror me dan una resaca del demonio y el drama me produce fiebre de congoja. Tampoco recomiendo el teatro. Anoche leí una obra y he soñado que era una marioneta que actuaba en un escenario de cartón, manejada por una mano invisible y siniestra. Cuando he despertado, no he podido encontrar por ninguna parte a mi mujer y mis zapatos estaban llenos de tierra.

Mar Horno García
Torredonjimeno (Jaén)






Ulleres de l'avi / Gafas del abuelo, fotografia d' Ezequiel Romairone ( Zekko ).


Espejuelos

Sea de día o luzca la noche cerrada, caiga el sol en tromba o brille alegremente el agua, en la calle y en la botica, en la ducha y en la cama, tanto si duerme como si castiga las nalgas de doña Ana, don Cipriano siempre lleva puestas sus gafas especiales. Con ellas, el mundo viste sus grises espectrales de colores, doña Ana aún le ama, él ama a doña Ana, la gente ya no ladra, el abismo cierra sus fauces y el tiempo fluye melifluo mientras la soga permanece en el cajón, y el sonámbulo en el alambre.

Odys69
Gijón