Fitxa bibliogràfica / Ficha bibliográfica
Signatura N Ber
Classificació 842.4"19"
Autor Bernhard, Thomas, 1931-1989
Títol Historietes inexemplars : l'imitador de veus /
Thomas Bernhard ; traducció de Josep Murgades
Publicació Barcelona : Empúries, 1985
Descripció física 143 p. ; 20 cm
Col·lecció Tros de paper ; 10
ISBN / ISSN 8475960499
L'imitador de veus
L'imitador de veus que ahir al vespre va ser l'estrella invitada de la Societat Quirúrgica, va mostrar-se disposat, després de la representació al Palau Pallavicini, on l'havia convidat la Societat Quirúrgica, a venir amb nosaltres a Kahlenberg, on sempre tenim casa oberta per a tots els artistes, a fi de fer-nos-hi una exhibició del seu art, naturalment no sense honoraris. A l'imitador de veus, que procedeix d'Oxford, a Anglaterra, però que va anar a escola a Landshut i que va fer d'antuvi d'armer a Berchtesgaden, vam demanar-li que no es repetís, a Kahlenberg, sinó que ens hi mostrés alguna cosa del tot diferent a la que ens havia mostrat a la Societat Quirúrgica, és a dir, que imités a Kahlenberg veus diferents de les que havia imitat al Palau Pallavicini, cosa que ens va prometre, tant més com que havíem quedat entusiasmats del programa que ens havia ofert al Palau Pallavicini. I efectivament, l'imitador de veus va imitar-nos a Kahlenberg veus més o menys famoses del tot diferents a les que havia imitat davant la Societat Quirúrgica. Vam poder també formular desigs, que l'imitador de veus va satisfer d'allò més sol·lícit. Quan li vam proposar, però, que ja per acabar imités la seva pròpia veu, va dir-nos que no en sabia.
Thomas Bernhard
Fitxa bibliogràfica / Ficha bibliográfica
Signatura N Obr
Classificació 80.40
Títol Obras maestras del relato breve : con orientaciones didácticas /
[dirección: Carlos de Gispert, selección de textos y citas: Rolando Sánchez Mejías]
Publicació Barcelona : Océano, cop. 2007
Descripció física 646 p. : il. ; 26 cm
ISBN / ISSN 9788449424137
Matèria Contes Antologies
Autor secundari Gispert, Carlos
Autor secundari Sánchez Mejías, Rolando
*Ilustración de Louis Ferdinand.
Invocación para desorejarse
Para que el sombrero pudiese penetrar en mi testa,
decidieron cortarme las dos orejas. Admiré sus deseos de exquisita simetría,
que hizo que desde el principio su decisión fue de cortarme las dos orejas. Me
sorprendió que tan lejos como era posible de un hospital, me fueran arrancadas
con un bisturí que convertía al rasgar la carne en seda. Una urgencia como si
alguien estuviese esperando en compraventa mis dos orejas. No hubo ninguna
deliberación, pero comprendí que habían decidido que no se las llevaran. En
sentido inverso, teniendo una en cada mano, las frotaron una sola vez contra el
mármol de la repisa. Entró la patrona cantando y oprimió un limón contra la
mancha que había quedado en la repisa. Pensé que se desprendería un humo o que
se avivaría la mancha. Pensé, pero, cuando me asomé cuidadosamente, todo estaba
igual, salvo el gesto de la patrona de encajarse en aquella situación cantando.
Días después vi que arrojaba las gotas de limón en la parte de la repisa que no
estaba manchada. Luego, tendría que repetirse la ceremonia o mi sacrificio
estaba fuera de lugar, y no era a mí a quien deberían haber arrancado las dos
orejas. Sentí que era llamado para la otra ceremonia: dejarse injertar unas
bolas azafranadas en el hueco dejado por las orejas. Unos mozalbetes, tal vez
soldados vestidos de paisano, colocaban las borlas en unas grietas abiertas en
las paredes. No sé si era un aprendizaje
o un hecho que se aclararía después. Mientras yo esperaba la ceremonia y los soldados
continuaban martillando, la patrona volvió a penetrar, ahora no cantaba, sino
recogió una gran cantidad de almejas ya vaciadas que estaban por el suelo. Las
hacía caer en su falda como si fueran flores. Luego, la noche anterior habían
estado comiendo allí, antes de yo llegar, cuando aún tenía mis dos orejas. Me
van pasando las borlas azafranadas de una a otra oreja, y la patrona me mira
despacio, me recorre, me humedece. «Mañana, dice, volveré a recoger más
almejas, traeré la canasta». «Mire, me dijo, si puedo hacerlo, como está
tendido mi delantal, tengo las uñas como comidas en una pesadilla, pero eso sí
lo he dejado como la nieve». «Todo lo que sale de esta casa, me dice con
malicia, sale bien hecho». Claro, mis dos orejas han sido cortadas, me cuelgan
dos borlas azafranadas, y cuando me asomo veo un delantal inmensamente blanco,
no se mueve, y por la tarde guardo caparazones vacíos de almejas. Otro
delantal, otro delantal, delantales, otro delantal, otro delantal.
José Lezama Lima
Moltes gràcies a Pau Miquel i a la Biblioteca Josep Jardí de Santa Perpètua de Mogoda pels seus donatius.
Muchas gracies a Pau Miquel y a la Biblioteca Josep Jardí de Santa Perpètua de Mogoda por sus donativos.