Després del confinament degut al Coronavirus recuperem els números de la revista Quimera que ens han arribat.
Dins la secció "Los pescadores de perlas" dels números 437, 438 i el número doble d'estiu 439/440 de la revista Quimera podem llegir els microrelats inèdits de Mónica Brasca (Santa Fe, Argentina, 1957), Pedro Herrero (Badalona, 1953), Fabián Vique (Buenos Aires, Argentina, 1966) i Francesc Barberá (Algemesí, 1979).
Dins la secció "Los pescadores de perlas" dels números 437, 438 i el número doble d'estiu 439/440 de la revista Quimera podem llegir els microrelats inèdits de Mónica Brasca (Santa Fe, Argentina, 1957), Pedro Herrero (Badalona, 1953), Fabián Vique (Buenos Aires, Argentina, 1966) i Francesc Barberá (Algemesí, 1979).
Ja hi ha disponibles aquests números de la revista a la Biblioteca Esteve Paluzie. Recordeu que per agafar-los en préstec s'ha de concertar cita per telèfon (937186866) o bé mitjançant el formulari a:
https://formularis.diba.cat/diba/biblioteques-obertes/cita-previa-barbera-del-valles-biblioteca-esteve-paluzie
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*Mónica Brasca.
*Pedro Herrero.
*Fabián Vique.
*Francesc Barberá.
Después del confinamiento debido al Coronavirus recuperamos los números de la revista Quimera que hemos ido recibiendo.
Dentro de la sección Los pescadores de perlas de los números 437, 438 y el número doble de verano 439/440 de la revista Quimera podemos leer los microrrelatos inéditos de Mónica Brasca (Santa Fe, Argentina, 1957), Pedro Herrero (Badalona, 1953), Fabián Vique (Buenos Aires, Argentina, 1966) y Francesc Barberá (Algemesí, 1979).
Ya están disponibles estos números de la revista en la Biblioteca Esteve Paluzie. Recordar que solicitar su préstamo se debe concertar cita por teléfono (937186866) o bien mediante el formulario en:
https://formularis.diba.cat/diba/biblioteques-obertes/cita-previa-barbera-del-valles-biblioteca-esteve-paluzie
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Como por arte de magia
Diez de la mañana, quince minutos más, cinco muniutos menos, aparece caminando con su postura erguida y el bolso de cuero cruzado sobre su pecho. Según mis cálculos debería ser hoy. Sí, a más tardar hoy, se detendrá en mi puerta y tocará timbre. Le abriré haciéndome la sorprendida. Trataré de disimular el estremecimiento cuando su mano roce la mía al ofrecerme la lapicera. No deben notarse los nervios en mi firma temblorosa. Tampoco la semejanza entre ese garabato y la letra del destinatario, idéntica a la del remitente. Demasiado tengo con haberte perdido; no soportaría, además, renunciar a ese ilusionista que una y otra vez me trae tus viejas cartas.
Podio
Para cuando la comisión contra el dopaje hubo descalificado al corredor que cruzó la meta en tercer lugar, el cuarto clasificado estaba ya en su país de origen. Allí recogió, de manos de un funcionario del Ministerio, la medalla de bronce que le correspondía al quedar automáticamente en tercera posición. Con el dinero que obtuvo por la medalla en una casa de empeño, compró una botella del mejor vino que pudo conseguir. Dsipuso tres sillas en el salón de su apartamento. Se subió a la de la izquierda y -con el último sorbo- pudo al fin escuchar los merecidos aplausos.
Los misterios del amor
Y sin embargo, en uno de los universos del multiverso, ella, finalmente, lo ama.
Se lo dice con dulzura y sensualidad, porque desea una unión verdadera, definitiva y total.
Se lo dice al oído, casi como un susurro o un ruego. Se lo dice allí, en ese universo y no en otro. Le dice que lo ama en el único universo del multiverso en el que él es sordo, el más sordo de los sordos, sordo como una pared sólida, inmensa y glacial.
La llorona
Empezó a llorar de forma profesional en el 82, con la muerte de Chanquete. Después de ver aquel capítulo de Verano Azul, se pasó semanas sollozando. Litros y litros de lágrimas que sus padres recogieron para poder regar los olivos. Desde entonces, cada vez que el pueblo padecía una sequía, todos la hacían llorar. La gente le daba malas noticias a todas horas. Y si no había, se las inventaban. En casa, le ponían las películas más tristes que encontraban. La llorona acabó muriendo de pena. El pueblo entero lloró durante los dos días de luto que se decretaron. Lo suficiente como para llenar la piscina olímpica que el alcalde había prometido construir.
Mónica Brasca
Podio
Para cuando la comisión contra el dopaje hubo descalificado al corredor que cruzó la meta en tercer lugar, el cuarto clasificado estaba ya en su país de origen. Allí recogió, de manos de un funcionario del Ministerio, la medalla de bronce que le correspondía al quedar automáticamente en tercera posición. Con el dinero que obtuvo por la medalla en una casa de empeño, compró una botella del mejor vino que pudo conseguir. Dsipuso tres sillas en el salón de su apartamento. Se subió a la de la izquierda y -con el último sorbo- pudo al fin escuchar los merecidos aplausos.
Pedro Herrero
Los misterios del amor
Y sin embargo, en uno de los universos del multiverso, ella, finalmente, lo ama.
Se lo dice con dulzura y sensualidad, porque desea una unión verdadera, definitiva y total.
Se lo dice al oído, casi como un susurro o un ruego. Se lo dice allí, en ese universo y no en otro. Le dice que lo ama en el único universo del multiverso en el que él es sordo, el más sordo de los sordos, sordo como una pared sólida, inmensa y glacial.
Fabián Vique
La llorona
Empezó a llorar de forma profesional en el 82, con la muerte de Chanquete. Después de ver aquel capítulo de Verano Azul, se pasó semanas sollozando. Litros y litros de lágrimas que sus padres recogieron para poder regar los olivos. Desde entonces, cada vez que el pueblo padecía una sequía, todos la hacían llorar. La gente le daba malas noticias a todas horas. Y si no había, se las inventaban. En casa, le ponían las películas más tristes que encontraban. La llorona acabó muriendo de pena. El pueblo entero lloró durante los dos días de luto que se decretaron. Lo suficiente como para llenar la piscina olímpica que el alcalde había prometido construir.
Francesc Barberá
Fitxa bibliogràfica / Ficha bibliográfica
Signatura R 80 Qui
Classificació 80(05)
Títol Quimera : revista de literatura
Publicació Mataró : Ediciones de Intervención Cultural, 1980-
Periodicitat Mensual
Descripció física Il. ; 28 cm
Descripció física N. 1 (nov. 1980)-
ISBN / ISSN 0211-3325
Matèria Literatura Revistes