divendres, 22 de juny del 2012

28 DE JUNY / JUNIO : LA GRAN FINAL







El jurat de la final del microconcurs està deliberant...


El jurado de la final del microconcurso está deliberando...




LOCAL:


Pureza de imagen. Antonia García Lago.
Encargo real. Mònica Sempere i Creus.
Miscelánea. Francesc López Camacho.
Déjà vu. Francesc López Camacho.
Ruptura. Àngels Espeig i Juangran.
Obra abierta. Francesc López Camacho.
Última decepción. Francesc López Camacho.



CATALÀ:


Amics. Jordi Masó Rahola. La Roca del Vallès (Barcelona).
Fer-se home. Susana Camps Perarnau. Barcelona.
L'última estrela. Miguel Torija Martí. Castelló.
Amor a la lectura. Lluís Gàmiz Prat. Barcelona.
Definició d'amor. Iván Teruel Cáceres. Vila-Sacra (Girona).
A vista d'ocell. Jordi Masó Rahola. La Roca del Vallès (Barcelona).
El dia D. Janot Vila Fonolleda. Sabadell (Barcelona).
Només dura un moment. Francesc Ruiz i Rovira. Sant Adrià de Besòs (Barcelona).



CASTELLANO:


Los suicidas. Mar Horno García. Torredonjimeno (Jaén).
Rutina. Agustín Martínez Valderrama. Gavà (Barcelona).
El último vuelo. Kalton Bruhl. Comayaguela (Honduras).
Crisis. Ricardo Álamo. Puerto Real (Cádiz).
Lugares vedados. Mónica María Brasca. Santa Fe (Argentina).
La perdonamuertes. Miguelángel Flores Martínez. Sabadell (Barcelona).
Bajo tierra. Ricardo Álamo. Puerto Real (Cádiz).
Bajo la cama. Francisco José Rubio Consuegra. Tavernes de la Valldigna (València).







*Augusto Monterroso.




Ser jurado


B. acepta ser jurado en un concurso de cuentos. Durante días la observo leyéndolos un tanto preocupada, con dedicación minuciosa; toma notas, sopesa, mide, compara, antes de decidirse por determinada calificación; examina cada trabajo con la responsabilidad que supone (y supongo que supone bien) que debe poner en sus juicios. De pronto exclama algo, algo así como que no lo puede creer e interrumpe su trabajo. Y sí, ahí está, y viene a mostrármelo: un cuento mío, con otro título, con los nombres de los personajes cambiados, y con la palabra tequila usada sagazmente en lugar de la palabra whisky. En cuanto a mí, viéndolo me pareció como escrito por otro y, de no haber sido descalificado, es probable que de cualquier manera no hubiera ganado.


Hace años, igual que todo el mundo, yo también fui jurado, en un concurso estudiantil de cuento. En esa ocasión me empeñé en que se llevara el premio único un cuento que me entusiasmó desde el primer momento pero que a mis compañeros de terna dictaminadora no les decía mayor cosa, o porque no lo habían leído bien o porque esa mañana no estaban de humor de discutir; así que lo logré. Después de entregado el premio hice buscar el autor para conversar con él; era un muchacho inteligente, de apariencia simpática y palabra rápida; nos despedimos, no he vuelto a saber de él y he olvidado su nombre. Alrededor de un año después sentí una mezcla de satisfacción y vergüenza cuando al leer un libro de Mark Twain volví a encontrar el cuento premiado.


El otro día, en una ceremonia, escuché el trabajo sumamente brillante de un escritor muy joven. Recordé todo esto y me dejé llevar por el gusto de lo que el escritor decía, fuera suyo o de quien fuera.


Augusto Monterroso
La letra E: fragmentos de un diario (1987)