Publiquem els microrelats que van arribar a les deliberacions finals en la categoria en castellà de la convocatòria d'abril.
Recordem que els microrelats concursants publicats al blog s'inclouran en una publicació en paper que recollirà aquells textos guanyadors i finalistes de cada categoria de totes les convocatòries mensuals.
Publicamos los microrrelatos que llegaron a las deliberaciones finales en la categoría en castellano de la convocatoria de abril.
Recordamos que los microrrelatos concursantes publicados en el blog se incluirán en una publicación en papel que recogerá aquellos textos ganadores y finalistas de cada categoría de todas las convocatorias mensuales.
El médico le advirtió que sucedería así. Por orden. Primero olvidó los nombres de las cosas que empezaban por A. Y eran muchos aunque, afortunadamente, se podían sustituir por otros sin mucha dificultad. Nadie se había dado cuenta. Por poner un ejemplo, cuando tenía sed, disimulaba, y pedía líquido de lluvia.
*Faune, de Joan Brossa (1988).
Alfabetitis aguda
(o la extraña razón de por qué él ya nunca dice “te amo”)
(o la extraña razón de por qué él ya nunca dice “te amo”)
El médico le advirtió que sucedería así. Por orden. Primero olvidó los nombres de las cosas que empezaban por A. Y eran muchos aunque, afortunadamente, se podían sustituir por otros sin mucha dificultad. Nadie se había dado cuenta. Por poner un ejemplo, cuando tenía sed, disimulaba, y pedía líquido de lluvia.
Pero ahora había olvidado más. Ya no recordaba los que
empezaban por la letra B. Se dio cuenta
ayer, al fijar su vista en esa cavidad ubicada entre la nariz y la
mandíbula de Cristina. Sabía que esa parte de su cara le gustaba especialmente,
y que sus labios solían posarse sobre los suyos para darle un… Era
desesperante. No lograba recordarlo.
El próximo mes, sería la C. Luego la D. Y así sucesivamente.
La enfermedad avanzaría implacable. No podía demorarlo.
Hoy, sin falta, se lo diría a Cristina.
Que la… quería. Que a partir de ahora la llamaría Vanessa. O
Zoe.
Mejor Zoe.
Arantza Portabales Santomé
Teo (A Coruña)
*Jeremy Irons a / en The Mission de Roland Joffé (1986).
La misión
Los labios asimétricos se han vuelto carnosos gracias al
maquillaje. El torneado ocre amplía sus ojos pequeños. Parece otra con el pelo
suelto. La tela ajustada insinúa unas curvas que será imposible obviar, con un
escote hábilmente transformado en imán para mirones. Si el Creador les dotó de
armas sería para darles algún uso. Parece un milagro, probablemente lo sea,
aunque a ninguna le extraña, saben que la fe todo lo vence; con ella han
logrado que la menos agraciada de todas sea perturbadora.
La elegida toma un taxi hasta un local de moda. A simple
vista se podría decir que han enviado a una oveja inocente en medio de una
manada de lobos. Nada más lejos de la realidad. No está sola y hace lo
correcto. Es necesario conocer al demonio bajo todas las formas y con todas sus
posibles tentaciones para vencerlo. Cuando regrese y comparta su experiencia
serán más fuertes. Las hermanas del convento rezarán toda la noche por Sor
Águeda.
Ángel Saiz Mora
Madrid
Rueda de reconocimiento
Era una sala fría, yerma en adornos, gris monocromática.
Unos agentes de policía nos habían conducido hasta ella a horas intempestivas y
nos fueron colocando sobre una tarima junto a otras parejas de supuestos
padres. A Ángela y a mí nos tocó detrás de un cartel con el número 4. De
repente, se iluminó un foco que inició el recorrido. Cuando se posó en nuestros
cuerpos temblorosos, nos agarramos las manos con fuerza, esperando que no
pasara de largo, susurrando que éramos nosotros, que nada de castigos ya, que
chuches las que quisiera.
David Moreno Sanz
Zaragoza
El último cuerdo
-Estaba pensando en
que hace casi cuatro siglos desde la
última vez que alguien se atrevió a atacarnos, a pesar de que
somos la peor simente que existe sobre la faz de la tierra.
última vez que alguien se atrevió a atacarnos, a pesar de que
somos la peor simente que existe sobre la faz de la tierra.
-¡Cierto! Gracias a
que al último que se atrevió a hacerlo,
todos lo tomaron por loco acusándolo de habernos confundido
con
molinos de viento... -Respondió un gigante al otro.
José Luis Chaparro González
Salvatierra de los Barros (Badajoz)
Tan parecida a un ángel
Fue en aquella ocasión en la que, siendo niños, esperaban en
la calle de nuevo a la cigüeña que les traería otro hermano. Aquella vez, la
última, en la que luego les contaron que mientras ellos escudriñaban un trozo
de cielo entre dos edificios, el pájaro había llegado por otro y entrado por la
ventana; que al dejar al bebé, como también es labor de estas aves el rescate
de ángeles perdidos, se había llevado a la madre confundiéndola con uno de
ellos. Dejando de esta manera a ese hijo recién traído sin teta y a ellos, a
partir de entonces, con esa costumbre perpetua, y estéril, de buscarla en la
ventana cada amanecer.
Miguelángel Flores
Sabadell (Barcelona)
Sabadell (Barcelona)