Publiquem els microrelats que van arribar a les deliberacions finals en la categoria en castellà de la convocatòria de noviembre.
Recordem que els microrelats concursants publicats al blog s'inclouran en una publicació en paper que recollirà aquells textos guanyadors i finalistes de cada categoria de totes les convocatòries mensuals.
Publicamos los microrrelatos que llegaron a las deliberaciones finales en la categoría en castellano de la convocatoria de noviembre.
Recordamos que los microrrelatos concursantes publicados en el blog se incluirán en una publicación en papel que recogerá aquellos textos ganadores y finalistas de cada categoría de todas las convocatorias mensuales.
Esperanza
Antes de que Ricardo nos mostrara lo que por suerte trae en
su mochila, estábamos aterrorizados.
Dos días en la cueva y, por el hilo de luz que se va
disipando en la grieta, vamos a por la segunda noche. No creemos que nos
busquen. Nadie sabía que íbamos a emprender la maldita excursión, idea del
Colo. Él fue el primero en llorar anoche. Entre todos lo consolamos.
Sobreviviremos: tenemos un hilillo de agua que se filtra y algunas galletas
aún, le dijimos.
Pero recién cuando Ricardo sacó su brújula mágica, que atrae
a los equipos de rescate, nos lo creímos de verdad.
Ahora es Ricardo el único que llora en la oscuridad. Los
demás hacemos como que no lo escuchamos.
Patricia Collazo González
Alcobendas (Madrid)
Desnudo interior
Tras finalizar su actuación, contempló, horrorizado, la mano
del ventrílocuo.
Gabriel Pérez Martínez
Málaga
Reencarnación
El monje tibetano Nagarth siempre enseñaba a sus discípulos
la historia del único hombre del mundo que recordaba todas sus vidas pasadas.
Los mismos afanes, fracasos e ilusiones
se repetían en sus muchas existencias a pesar de que, en cada una de ellas, el
hombre intentaba enmendar los errores. Ya al final de la última vivida, lloró
sin consuelo tendido en su cama. Desesperado, abandonó la búsqueda del sentido
de todo aquello. Contado esto, Nagarth guardaba un silencio elocuente.
—Maestro, ¿es que no es correcto sentir desesperación ante
la certeza de representar sin libertad la misma función, una y otra vez, como
en un gran teatro?
—No. Lo correcto sería sentir curiosidad por descubrir ante
qué público se actúa.
Mar Horno García
Torredonjimeno (Jaén)