Publiquem els microrelats que van arribar a les deliberacions finals en la categoria en castellà de la convocatòria de maig.
Recordem que els microrelats concursants publicats al blog s'inclouran en una publicació en paper que recollirà aquells textos guanyadors i finalistes de cada categoria de totes les convocatòries mensuals.
Publicamos los microrrelatos que llegaron a las deliberaciones finales en la categoría en castellano de la convocatoria de mayo.
Recordamos que los microrrelatos concursantes publicados en el blog se incluirán en una publicación en papel que recogerá aquellos textos ganadores y finalistas de cada categoría de todas las convocatorias mensuales.
*Texas black birds de Zilenna-Stock.
Los pájaros
Picoteado salvajemente por innumerables bestias, Alfred
cierra los ojos en un vano intento de conseguir un fundido a negro.
Iolanda Barenys Ruiz
Barcelona
Pereza
“Vaya -se dice con desgano-, lo que me faltaba”. El llanto
del bebé le ha hecho detenerse en el rellano de las escaleras. Se pregunta por
qué ha tenido que llorar en ese momento. No se decide a regresar. El ascensor está descompuesto y hace un calor
de los mil demonios. Se encoge de hombros y sigue bajando. El crío tendrá que
arreglárselas solo. Además, ya no le
quedan balas.
Kalton Bruhl
Comayaguela (Honduras)
Donde habitan las
luciérnagas
Una vez al año, en la única noche que tenemos permitido salir de
nuestro hogar, toda la familia nos vamos de excursión al pantano en el que
viven las luciérnagas. El primer año se
asustaron de nuestra presencia y dejaron de brillar. Ahora, sin embargo, ya se
han acostumbrado e incluso lo iluminan todo con más fuerza, creando un baile
perfecto durante horas. Así, su luz se entremezcla con las sombras de la noche,
con la luz de las estrellas, con la
naturaleza agreste libre de la acción del hombre y con nosotros que las
contemplamos boquiabiertos. Al amanecer, cuando ellas se van, nosotros lo hacemos
también, soñando con que al año que viene volveremos a verlas. Porque, incluso a
los que ya solo somos retazos de oscuridad bajo tierra, nos gusta recordar que
en algún lugar la luz sigue existiendo.
Judith Priay
Barberà del Vallès (Barcelona)
Volver a ser una
familia
Mi hermana menor y
yo caminamos por la playa. Vamos a encontrarnos con papá. Hace años que no lo
vemos y la emoción nos ha puesto nerviosas. Pero nos damos aliento y seguimos.
Ya lo divisamos. Está contemplando el ocaso junto con su novia y su hijita
nueva.
Nos ponemos frente
a sus narices y, mirándolo a él, comenzamos a cantarle una canción, como
hacíamos de niñas. Papá se pone pálido. Para completar la sorpresa, mamá y mi
hermana mayor se acercan por detrás de ellos tres y disparan, eliminando a las
que sobran.
Leonardo Dolengiewich
Mendoza (Argentina)
Cosecha
El amanecer trae al campesino –con su yunta de bueyes y
arado– hasta el litoral. Allí, ante la mirada de turistas y no turistas, se
adentra en las aguas y comienza a roturar la bahía.
Todo afán por detenerlo resulta fallido. No solo muestra a
los controladores su adecuada licencia, sino que los sorprende con el Aval de
la FAO para el usufructo de parcelas marítimas.
Varias lunas después, hoces y redes, dan inicio a una
extraña cosecha.
Luís de la Cruz Pérez Rodríguez
Yaguajay (Cuba)