El día de nuestra boda
El novio contrató a su mejor
amigo, fotógrafo profesional, para que se encargase del reportaje del enlace.
Fue una ceremonia cargada de emoción, con las consabidas lágrimas, niños
vestidos de organdí, valses ribeteados de aplausos y discursos entrañables.
Tras regresar de su luna de miel,
sentados en el sofá del piso recién estrenado, los cónyuges se disponen a abrir
por primera vez el álbum que atesora las instantáneas de aquella feliz jornada.
Ni lágrimas ni niños ni valses ni discursos. Una y otra vez, el rostro de ella
en un abanico de expresiones desde diferentes ángulos, bajo distinta
iluminación, en variadas poses…
Nunca nadie la había sacado tan
guapa.
Ana Grandal
Madrid
Raíces
Nadie se explica cómo fui capaz.
En principio era una tarea sencilla: hacer un árbol genealógico. El problema es
que no quisieron ayudarme. Siendo la oveja negra de la familia es algo a lo que
me he acostumbrado. Ayer, después de la comida, decidí que ya no iba a sostener
esa carga nunca más. Esta mañana, antes de ir al cole, he revisado el árbol. En
la parte de arriba están colgados mis abuelos, por debajo están mis padres, y
de las ramas inferiores cuelgan mis hermanos. Seguro que el viejo olmo soporta mejor
el peso de la familia.
Francesc Barberá Pascual
Benissa (Alacant)
La vidente
La madre, exhausta por los
dolores del parto, lo mira con cariño. Es tan pequeño, rollizo y sonrosado...
Al momento, horrorizada, lo ve
todo: sabe el accidente que tendrá, presiente el dolor físico desgarrador,
percibe las secuelas y el tormento psicológico, intuye tanto y tanto
sufrimiento acabando con su alma rota y la de ella misma también hecha pedazos.
Así que toma la difícil decisión. Cuando la comadrona le da el bebé, este cae
fatalmente al suelo.
M. Carme Marí
Castelldefels (Barcelona)
Gestación subrogada
Una hilera interminable espera
ansiosa en un puesto de la feria. Desde que se corrió la voz de que las nubes
de algodón vienen con niño, no ha dejado de llenarse de padres fallidos
dispuestos a esperar el tiempo que haga falta. Observan impacientes y con
envidia a los clientes que abandonan el recinto con sus retoños recién
adquiridos, sin advertir que todos portan una selva de hilos azucarados tan
espesa que les tapa la cabeza por completo. El hechizo se rompe cuando una
persona monta en cólera gritando que es una estafa, quejándose de que tras
aquella nube solo hay un ser sin rostro, un cascarón vacío. Qué esperaba,
responde el feriante, aquí no vendemos niños. En la feria lo que vendemos son
sueños.
Lluís Talavera
Barcelona
Cambio de planes (Recovecos de la
historia)
Al llegar, los tres parecían
decididos. Entraron haciéndose paso entre los animales del corral y granjeros
contemplativos como hipnotizados por el hecho histórico. Cuando pudieron
acercarse lo suficiente lo vieron: era un bebé pequeño, lloraba como cualquier
otro, estaba sucio e indefenso. Uno de los reyes miró al más viejo que entendió
sin más y envainó el cuchillo. Antes de irse dejaron en el pesebre algunas de
sus joyas.
Ezequiel Varone
Buenos Aires (Argentina)